USAN UN GATO PARA HACKEAR EL WI-FI DE LOS VECINOS


Lo último en tecnología para robar el Wi-Fi a los vecinos es... un gato doméstico. Ahora tu mascota puede convertirse en un espía hacker que rastree y geolocalice las redes Wi-Fi del vecindario, detectando aquellas que no están protegidas o usan las viejas contraseñas WEP, fácilmente hackeables. Se trata de una jocosa propuesta desarrollada por el experto en seguridad Gene Bransfield para entretener a los asistentes a la DEF CON, la popular conferencia hacker. Pero es un proyecto perfectamente viable, y sencillo de llevar a cabo.
Bransfield ha convertido al gato siamés de la abuela de su mujer, Coco, en un auténtico espía hacker capaz de rastrear las redes W-Fi de todo el vecindario. Es su primera misión de reconocimiento, durante su escapada diaria de tres horas, Coco geolocalizó 23 redes Wi-Fi. Y de regalo, le trajo a su dueña un ratón muerto.

Lo más inquietante es que de esas 23 redes Wi-Fi rastreadas por el gato, la tercera parte no estaban protegidas o usaban una contraseña WEP, muy fácil de hackear. Coco llevó a cabo su rastreo Wi-Fi por medio de un collar tecnológico de ultima generación que llevaba colocado en el cuello, tal como puedes ver en la foto de apertura.

El collar WarKitteh está formado por una tarjeta Wi-Fi, un módulo GPS, un chip Spark Core con el firmware reprogramado, y una batería, materiales de pequeño tamaño que se pueden adquirir por unos 100 dólares. El forrado de leopardo es opcional:

Mientras el gato pasea por los tejados o se salta las vallas de los patios vecinos, el collar rastrea redes Wi-Fi y descubre qué tipo de contraseña utilizan. Con el GPS geolocaliza su posición. Cuando el gato regresa a casa el hacker puede comprobar dónde están las redes desprotegidas o poco seguras, sin moverse de casa. Gene Bransfield le quita importancia a su collar y dice que sólo lo ha hecho como un divertimento, aunque reconoce que es perfectamente viable.

Sin embargo, recalca que lo importante aquí es llamar la atención sobre los resultados de sus pruebas: el 30% de las redes Wi-Fi que el gato Coco rastreó, eran hackeables con unos mínimos conocimientos y un programa de rotura de contraseñas WEP que se puede encontrar googleando. Bransfield espera que Coco sirva para alertar sobre el poco esfuerzo que dedicamos a proteger nuestro acceso a Internet.

[Fuente: Wired]- [Imágenes: Wired y Gene Brandsfield]


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